, 06 Ene. 22 (ACI Prensa).- En la Solemnidad de la Epifanía del Señor, los otros protagonistas de la historia son los tres Reyes Magos que llegaron desde Oriente para adorar al Niño Jesús, nacido en Belén.
Los Reyes habían seguido la estrella de Belén para llegar hasta donde estaba el Niño con la Virgen María y San José; y allí ofrecieron los dones del oro, el incienso y la mirra.
Según narra la Enciclopedia Católica, “hay certeza de que los Magos escucharon en sueños que no volviesen a Herodes y ‘volvieron a su país por otro camino’”.
“Después de su retorno a su patria los Magos fueron bautizados por Santo Tomás y trabajaron mucho para la propagación de la fe en Cristo. La historia se remonta a un escritor arriano posterior al siglo VI, cuya obra está impresa como ‘Opus imperfectum in Mattheum’ entre los escritos de San Juan Crisóstomo”.
Luego de su muerte, los restos de los Reyes Magos fueron llevados por Santa Elena, madre del emperador Constantino a Constantinopla. En 1164 fueron llevados de Milán (Italia) a Colonia (Alemania), donde están actualmente.
El 18 de agosto de 2005, en el marco de su viaje por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa Benedicto XVI dijo en esa catedral alemana que “la ciudad de Colonia no sería lo que es sin los Reyes Magos, que tanto han influido en su historia, su cultura y su fe. En cierto sentido, la Iglesia celebra aquí todo el año la fiesta de la Epifanía”.
“Por eso, antes de saludaros a vosotros, queridos habitantes de Colonia, he querido recogerme unos instantes en oración ante el relicario de los tres Reyes Magos, dando gracias a Dios por su testimonio de fe, de esperanza y de amor”, agregó.
El ahora Papa Emérito recordó que “en 1164, las reliquias de estos Sabios de Oriente saliendo de Milán y, escoltadas por el Arzobispo de Colonia Reinald von Dassel, atravesaron los Alpes hasta llegar a Colonia, donde fueron acogidas con grandes manifestaciones de júbilo”.
“En su peregrinación por Europa, esas reliquias han dejado huellas evidentes, que aún hoy permanecen en los nombres de lugares y en la devoción popular”, resaltó.
Años después, en 2014, el Papa Francisco nombró al entonces Arzobispo de Milán, Cardenal Angelo Scola, como su enviado especial para la conmemoración del 850 aniversario del traslado de las reliquias de los Reyes Magos de Milán a Colonia.
Según la historia recogida en el sitio web de la Catedral de Colonia, la madre del emperador Constantino, Santa Elena, encontró las reliquias de los Reyes Magos en la ciudad de Saba y las trasladó hasta Constantinopla, hoy Estambul (Turquía).
Tres siglos después, el entonces Obispo de Milán, San Eustorgio, viajó a Constantinopla para que el emperador aceptara su nombramiento episcopal y este le regaló las reliquias de los Reyes Magos que el Prelado llevó a la ciudad italiana.
Sin embargo, cuando el emperador Barbarroja sitió Milán, el Arzobispo de Colonia, Mons. Rainald von Dassel, vio que una iglesia milanesa custodiaba las reliquias.
La abadesa allí era hermana del alcalde de la ciudad y le prometió a Mons. Von Dassel darle las reliquias si protegía a su hermano de la ira del emperador. Así lo hizo y pudo llevar las reliquias a Colonia.
Entre 1190 y 1220 aproximadamente un grupo de artesanos trabajó en el imponente relicario que custodia hoy las reliquias de los Reyes Magos.
El relicario tiene 1.10 metros de ancho, 1.53 de alto, y 2.20 de largo. La estructura básica está hecha de madera, recubierta de oro y plata y decorada con filigranas, esmalte, y unas mil piedras preciosas.
Hay 74 figuras en bajorrelieve de plata dorada en total, sin contar las figuras adicionales, más pequeñas, en la decoración del fondo.
Otras imágenes que se pueden ver son la Adoración de los Magos, María entronizada con el Niño Jesús, el Bautismo de Cristo, y Cristo entronizado en el Juicio Final. En un extremo aparece también el busto de Mons. Dassel.
La actual Catedral de Colonia se comenzó a construir en 1248 y la obra tomó 632 años, convirtiéndose en la iglesia gótica más grande del norte de Europa.
En agosto de 2005, Benedicto XVI dijo que “los habitantes de Colonia fabricaron para las reliquias de los Reyes Magos el relicario más precioso de todo el mundo cristiano y, como si no bastara, levantaron sobre él un relicario mayor todavía: la catedral de Colonia”.
“Junto con Jerusalén la ‘ciudad santa’, con Roma la ‘ciudad eterna’, con Santiago de Compostela en España, gracias a los Magos, Colonia se ha ido convirtiendo a lo largo de los siglos en uno de los lugares de peregrinación más importantes del occidente cristiano”, resaltó entonces Benedicto.
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