, 23 Jun. 21 (ACI Prensa).- Los obispos de México alentaron a los mexicanos a “combatir la violencia” que sufre el país y convertirse en “constructores de paz” que sean “respetuosos y comprensivos”.
En un comunicado difundido el 23 de junio, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) aseguró que “dar la paz, está en el centro de la misión de los discípulos de Cristo. Y este ofrecimiento está dirigido a todos los hombres y mujeres que esperan la paz en medio de las tragedias y la violencia”.
“Por tanto, este es también nuestro anhelo y compromiso”, señaló.
La violencia no ha cesado en México, y se estima que del 2018 al 2021, los tres primeros años del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, son los más violentos de los que se tenga registro en la historia del país.
Solo entre enero y el 22 de junio de 2021 se han registrado más de 13 mil quinientos homicidios en México.
El listado anual de las 50 ciudades más peligrosas del mundo de 2020, realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., fue encabezado por seis ciudades mexicanas: Celaya, Tijuana, Ciudad Juárez, Ciudad Obregón, Irapuato y Ensenada.
En total, son 18 las ciudades mexicanas que figuran entre las 50 más peligrosas en todo el mundo.
Los obispos mexicanos aseguraron en su comunicado que “hoy más que nunca, nuestras sociedades necesitan ‘artesanos de la paz’ que sean auténticos mensajeros y testigos, en la vida cotidiana, del bien ser, del bien dar y del bien estar, y con ello complementar la felicidad en la familia humana”.
“En este sentido dirigimos nuestro pensamiento a las familias, niños y adolescentes, que viven en zonas de inseguridad o que han sido dañados por la violencia, y a todos los que se esfuerzan para que sus vidas y sus derechos sean protegidos”, expresaron.
Los obispos recordaron que “nuestra sociedad mexicana se ha visto perjudicada considerablemente, por escenarios de inseguridad y violencia, como ya lo expresamos en el 2010, en la Exhortación Pastoral ‘Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida digna’”.
En ese documento, señalaron, se hizo “un análisis de la realidad en donde se advertía la creciente actividad de la delincuencia organizada, la pobreza, la desigualdad social, la corrupción, la falta de reformas en las políticas económicas, las deficiencias en el sistema de impartición de justicia, el desempleo, etc.”.
“Ahora vemos que dicha realidad, lejos de disminuir, continúa amenazando a nuestras comunidades”, lamentaron.
Luego subrayaron que “todos, autoridades gubernamentales, organismos autónomos, sociedad civil y ministros de culto, estamos llamados a realizar nuestra propia aportación para la construcción de la casa común”.
“Proponemos continuar construyendo a partir de los principios de solidaridad y subsidiariedad, favoreciendo que prevalezca la ayuda mutua, y caminando animados por la confianza recíproca. Este es un reto que hoy la historia nos ofrece”, indicaron.
La CEM animó a los fieles a que “optemos con prontitud y en todo momento por combatir la violencia, no nos esperemos, podemos hacerlo hoy mismo y con ello contribuir de manera trascendental en la promoción de la paz”.
“Utilicemos una comunicación asertiva, seamos amables; saludemos a nuestros vecinos, al portero, al policía, al que nos recibe a la entrada del negocio, a la persona que nos atiende en una ventanilla, incluso, a quienes no nos saludan, al que parece indiferente, o a quien no nos agrada”, añadieron.
“Pues como decía Jesucristo, si solo amamos a quienes nos aman, y si solo saludamos a nuestros hermanos, ¿qué hacemos de extraordinario? Si fomentamos el diálogo y el buen trato lograremos ser mejores de lo que hemos sido hasta ahora”, indicaron.
Tras recordar las recientes elecciones intermedias del 6 de junio, en que los mexicanos eligieron a 500 diputados federales y más de 20 mil cargos locales, los obispos alentaron a que “construir un futuro basado en la capacidad de comprometernos juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz, la reconciliación frente a las injusticias y la comunión entre todos nosotros”.
“Busquemos transformar a las personas y a nuestros pueblos promoviendo una cultura de diálogo y de perdón, reconociendo que solo Dios es dueño y Señor de la vida, y que el quinto mandamiento nos dice: No matarás”, manifestaron.
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