, 22 Jun. 21 (ACI Prensa).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica y Obispo de Ciudad Quesada, Mons. José Manuel Garita Herrera, reconoció y agradeció a los catequistas por su servicio a la Iglesia en el mundo e invitó a los padres de familia a cumplir con su misión de ser “los primeros catequistas” de sus hijos, alimentando su fe desde pequeños.
“Los padres de familia deben ser los primeros catequistas que lleven a sus hijos al camino de iniciación cristiana, no como un mero requisito o cumplimiento, sino con la convicción firme de que, alimentando la fe que inculcaron cuando sus hijos eran más pequeños, puedan seguirse formando de la mejor manera para dar razón de aquello en que creen”, dijo el Prelado en su programa Fermento.
El 22 de junio, Mons. Garita agradeció en su programa al Papa Francisco por haber instituido el “Ministerio de Catequista” y recordó la importancia de esta misión en el crecimiento de la fe en el mundo.
El pasado 11 de mayo, el Santo Padre instituyó con la carta apostólica en forma Motu proprio “Antiquum ministerium” (antiguo ministerio) este ministerio laical, que “según la tradición cristiana y la opinión de teólogos”, es evidenciado en escritos del Nuevo Testamento.
Mons. Garita recordó que en su carta el Papa señala que “no se puede olvidar a los innumerables laicos y laicas que han participado directamente en la difusión del Evangelio a través de la enseñanza catequística. Hombres y mujeres animados por una gran fe y auténticos testigos de santidad que, en algunos casos, fueron además fundadores de Iglesias y llegaron incluso a dar su vida”.
“Cuánto agradecimiento le debemos a tantos hombres, y especialmente a tantas mujeres, que han ayudado a nuestra Iglesia, a lo largo del tiempo, a gestar y hacer crecer comunidades creyentes, vivas, llenas de fe, esperanza y compromiso cristiano”, dijo Mons. Garita en sintonía con el Santo Padre.
El Prelado recordó que a lo largo de la historia muchos hombres y mujeres “han predicado con su testimonio aquello en lo que creen para transmitirlo a tantas generaciones, confiando en el Señor de la vida y en sus palabras que nos mandan a todos a anunciarle”.
Mons. Garita señaló que con su ejemplo “debemos animarnos para seguir impulsando la fe y renovar la esperanza para que muchos otros conozcan y sigan a Jesucristo”, sobretodo “en nuestras familias”.
El Prelado recordó que así como el Papa Francisco indica en su carta que todos los que “reciben el Ministerio de Catequista” dan “cuenta de un mayor compromiso laical en la Iglesia”, San Juan Pablo II también señala que todo laico tiene confiada esta misión.
El santo polaco escribió en su exhortación apostólica Christifideles laici, que “es absolutamente necesario que cada fiel laico tenga siempre una viva conciencia de ser un miembro de la Iglesia, a quien se le ha confiado una tarea original, insustituible e indelegable, que debe llevar a cabo para el bien de todos”.
En ese sentido, el Prelado agradeció a los catequistas “que se convierten en verdaderos testigos del Señor para el crecimiento de la fe en sus comunidades”, al llevarles la Palabra de Dios. “¡Cuánto bien hace que todos asumamos nuestro llamado y compromiso dentro de la Iglesia!”, agregó.
Finalmente, Mons. Garita recordó que el Santo Padre señala en su carta que la institución de este ministerio laical “marca el camino para discernir el llamado de esos hombres y mujeres que pueden emprender esta misión”, y describe las cualidades que ellos deben tener.
“Es conveniente que al ministerio instituido de catequista sean llamados hombres y mujeres de profunda fe y madurez humana, que participen activamente en la vida de la comunidad cristiana, que puedan ser acogedores, generosos y vivan en comunión fraterna”, dijo el Papa.
Además, el Santo Padre recordó que es importante que los catequistas “reciban la debida formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica para ser comunicadores atentos de la verdad de la fe, y que hayan adquirido ya una experiencia previa de catequesis”, agregó.
“Pongamos en manos de Dios a todos los catequistas que cumplen con fidelidad, entrega y generosidad este llamado, para que sigan haciendo el bien, testimoniando la verdad y esparciendo la semilla de la fe en todos los rincones de nuestras comunidades cristianas”, concluyó.
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