VATICANO, 08 Feb. 21 (ACI Prensa).- En la audiencia con el Cuerpo Diplomático ante la Santa Sede este 8 de febrero, el Papa Francisco lamentó el terrorismo que “cada año cobra numerosas víctimas en todo el mundo entre la población civil indefensa” y destacó la importancia de la “libertad de culto” que deriva de la libertad religiosa.
Durante su discurso pronunciado en el aula de las bendiciones, el Santo Padre dijo “no puedo olvidar otra grave plaga de nuestro tiempo: el terrorismo, que cada año cobra numerosas víctimas en todo el mundo entre la población civil indefensa” y añadió que “es un mal que ha ido creciendo a partir de los años setenta del siglo pasado, y que tuvo un momento culminante en los atentados que el 11 de septiembre de 2001 afectaron a los Estados Unidos de América, matando casi a tres mil personas”.
Además, el Papa señaló que “lamentablemente, el número de los atentados se ha ido intensificando en los últimos veinte años, golpeando diversos países en todos los continentes” y subrayó en particular el “terrorismo que afecta sobre todo al África subsahariana, pero también en Asia y en Europa”.
“Mi pensamiento se dirige a todas las víctimas y a sus familias, a quienes les fueron arrancadas personas queridas por una violencia ciega, motivada por distorsiones ideológicas de la religión”, advirtió.
Asimismo, el Santo Padre subrayó que “los objetivos de tales ataques son con frecuencia los lugares de culto, donde se reúnen los fieles en oración” por lo que destacó que “la protección de los lugares de culto es una consecuencia directa de la defensa de la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, y es un deber para las autoridades civiles, independientemente del color político o de la pertenencia religiosa”.
Por último, el Papa se refirió a la libertad de culto que “no constituye un corolario de la libertad de reunión, sino que deriva esencialmente del derecho a la libertad religiosa, que es el primer y fundamental derecho humano, primer y fundamental derecho humano”.
En esta línea, el Santo Padre indicó que es necesario que la libertad de culto “sea respetada, protegida y defendida por las autoridades civiles, como la salud y la integridad física” ya que “un buen cuidado del cuerpo nunca puede prescindir del cuidado del alma”.
“No debemos pasar por alto que la dimensión religiosa constituye un aspecto fundamental de la personalidad humana y de la sociedad, que no puede ser cancelado; y que, aun cuando se está buscando proteger vidas humanas de la difusión del virus, la dimensión espiritual y moral de la persona no se puede considerar como secundaria respecto a la salud física”, afirmó el Papa.
0 comentarios:
Publicar un comentario