, 17 Dic. 20 (ACI Prensa).- El Obispo de Ciudad Quesada (Costa Rica), Mons. José Manuel Garita Herrera, llamó a los costarricenses a ser prudentes y tener respeto por la vida al conducir sus vehículos, tras registrarse un aumento de casos de conductores ebrios durante la pandemia del COVID-19.
El 15 de diciembre, Mons. Garita llamó a reflexionar sobre el aumento de los casos de conductores que conducen sus vehículos en estado de ebriedad en la pandemia, “a pesar de las varias restricciones sanitarias” que se decretaron para evitar la expansión del virus.
El Prelado informó que según el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) de Costa Rica, “luego de nueves meses de este 2020, Ministerio Público a un 24% más de conductores que en 2019, en plena pandemia, por conducir bajo los efectos del alcohol, pese a que los bares estuvieron cerrados por meses”.
Además, señaló que comparando este año y los primeros nueves meses de 2019, “hubo un aumento del 26% en sanciones por llevar niños en los vehículos sin el dispositivo de retención de menores”.
Dijo que a agosto de este año hubo un incremento de 114% de casos de conductores con licencia suspendida por cometer conductas peligrosas; y que a septiembre de 2020 fallecieron “31 personas en situaciones vinculadas al abuso de velocidad, teniendo un aumento del 26% de las multas por esta conducta”.
El Prelado lamentó particularmente que “10 personas perdieron la vida por esta causa” (conducir en estado de ebriedad) en la pandemia y por ello, llamó a reflexionar con seriedad “nuestro compromiso por el respeto a la vida propia y a la vida de los demás”.
“Necesitamos repasar nuestra conducta en carretera, es preciso incrementar nuestro grado de responsabilidad, proteger la vida en toda circunstancia, porque, lamentablemente, lo que se refleja es una cultura que tiene poco sentido de la prudencia y poco respeto por la persona humana”.
En ese sentido, recordó el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia que habla sobre la prudencia y dijo que esta virtud “puede ayudarnos a salvar vidas, si la asumimos a la hora de estar conduciendo en las carreteras de nuestro país”.
“La prudencia capacita para tomar decisiones coherentes, con realismo y sentido de responsabilidad respecto a las consecuencias de las propias acciones (…) es, en definitiva, una virtud que exige el ejercicio maduro del pensamiento y de la responsabilidad, con un conocimiento objetivo de la situación y una recta voluntad que guía la decisión”, señala el Compendio.
El Prelado advirtió que si bien en los primeros nueve meses del año “hubo 95 decesos menos que los reportados en el mismo periodo de 2019, cada una de las 213 muertes que se dieron en carretera llevaron luto a alguna de nuestras familias y a la sociedad en general”.
Mons. Garita fue enfático en este punto y dijo que “todos estos hechos se dieron en medio de restricciones bastante fuertes, sobre todo al inicio de la pandemia, lo cual nos lleva a meditar más aún en el tipo de sociedad en que nos desenvolvemos”.
“Depende de cada uno el respeto por la propia vida y lo que pueda pasar en carretera, más aún en medio de las medidas sanitarias que debemos respetar para prevenir el COVID-19”, dijo.
“Que Dios nos ilumine y guíe nuestros actos. Cada vez que conducimos, repasemos nuestra forma de proceder, para evitar dolor y luto en nuestras familias y en las familias de los demás”, concluyó.
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