VATICANO, 13 May. 20 (ACI Prensa).- El Papa Francisco subrayó que Jesucristo estableció una relación de confianza con Dios por medio de la oración, rompiendo toda actitud de feudalismo en la relación con Él.
En la catequesis que pronunció este miércoles 13 de mayo durante la Audiencia General celebrada en la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el Santo Padre recordó que “Dios es un aliado fiel” y que se le puede “pedir todo, explicar todo, contar todo”.
El Pontífice explicó que “la oración nos pertenece a todos: a los hombres de toda religión y, probablemente, también en aquellos que no profesan ninguna. La oración nace en lo más secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que, con frecuencia, los autores espirituales llaman ‘corazón’”.
Por lo tanto, “rezar no es para nosotros algo periférico, no es una facultad secundaria y marginal, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos. Las emociones rezan, pero no se puede decir que la oración sea solo emoción”.
Señaló que “la inteligencia reza, pero rezar no es únicamente un acto intelectual. El cuerpo reza, pero se puede hablar con Dios también en la más grave invalidez. Y, por lo tanto, todo el hombre reza si reza su “corazón’”.
Del mismo modo, “rezar es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: es algo que nace en lo íntimo de la persona y se extiende, porque advierte la nostalgia de un encuentro. La oración es la voz de un ‘yo’ a tientas a la búsqueda de un ‘tú’”.
El Santo Padre afirmó que “la oración del cristiano nace de una revelación”. “El cristianismo es la religión que celebra continuamente la ‘manifestación’ de Dios, su epifanía. Las primeras fiestas del año litúrgico son la celebración de este Dios que no permanece escondido, sino que ofrece su amistad a los hombres”.
Explicó que “Dios revela su gloria en la pobreza de Belén, en la contemplación de los Magos, en el bautismo en el Jordán, en el milagro de las bodas de Caná”. “Fue Jesús quien reveló a Dios”.
“La oración del cristiano entra en relación con el Dios del rostro piadoso que no quiere inculcar ningún miedo a los hombres. Esta es la primera característica de la oración cristiana”.
Es decir, “si los hombres estaban desde siempre habituados a un Dios un poco intimidante, asustados un poco por ese misterio fascinante y tremendo, si se habían acostumbrado a venerarlo con una actitud servil, parecido al de un súbdito que no quiere faltar al respeto a su señor, los cristianos se dirigen a Él atreviéndose a mirarlo con confianza, llamándolo con el nombre de ‘Padre’”.
El cristianismo “desterró del vínculo con Dios toda relación ‘feudal’. En el patrimonio de nuestra fe no hay expresiones de sometimiento, esclavitud o vasallaje, más bien palabras como alianza, amistad, promesa, comunión y cercanía”.
“Dios es el amigo, el aliado, el esposo. En la oración se puede establecer una relación de confidencia con Él”. “A Dios le podemos pedir todo, explicar todo, contar todo. No importa si en la relación con Dios nos sentimos culpables: no somos buenos amigos, no somos hijos agradecidos, no somos esposos fieles. Él nos sigue queriendo”.
El Papa Francisco finalizó la catequesis insistiendo en que “Dios es un aliado fiel: si los hombres dejan de amar, Él, sin embargo, continúa queriéndonos, incluso si ese amor lo lleva al Calvario”.
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