VATICANO, 07 May. 20 (ACI Prensa).- El Papa Francisco advirtió que el cristianismo “no es solo una ética” porque es importante recordar la pertenencia al pueblo de Dios que no es elitista ni se basa solamente en moral y dogmas.
Así lo indicó el Santo Padre en su homilía de la Misa de la Casa Santa Marta de este jueves 7 de mayo.
Al comentar la primera lectura de la Liturgia del día de la Carta a los hebreos (13, 13-25) “cuando Pablo fue invitado a hablar a la sinagoga de Antioquía para explicar esta ‘nueva doctrina’ es decir, para explicar a Jesús, para proclamar a Jesús, Pablo comienza a hablar de la historia de la salvación”.
Por ello, el Papa recordó que “lo mismo hizo Esteban antes del martirio, y Pablo otra vez. Lo mismo hace el autor de la Carta a los hebreos cuando describe la historia de Abraham y de todos nuestros padres. Lo mismo hemos cantado hoy: ‘Cantaré eternamente el Amor del Señor, haré conocer con mi boca su fidelidad’. Hemos cantado la historia de David: ‘encontré a David mi siervo’. Lo mismo hacen Mateo y Lucas cuando comienzan a hablar de Jesús toman la genealogía de Jesús”.
“Detrás de Jesús hay una historia, una historia de gracia, una historia de elecciones, una historia de promesas, el Señor ha elegido a Abraham, y ha ido con su pueblo”, afirmó el Papa quien añadió que al inicio de la Misa “en el canto del inicio, hemos dicho: ‘Cuando avanzabas Señor delante a tu pueblo y abrías el camino, y caminabas al lado de tu pueblo, cerca de tu pueblo’. Hay una historia de Dios con su pueblo y, por eso, cuando a Pablo le han pedido explicar el por qué la fe en Jesucristo no comienza por Jesucristo, comienza por la historia, del cristianismo, es una doctrina, sí, pero no sólo, es la promesa de Dios, la alianza con Dios, el ser elegidos por Dios”.
En esta línea, el Santo Padre advirtió que “el cristianismo no es solo una ética. Sí, de verdad, tiene principios morales. Pero no se es cristiano solamente con una visión de ética, es más, el cristianismo no es una elite, de personas elegidas para la verdad”.
Por ello, el Pontífice advirtió el riesgo de, pensar o decir, el pertenecer a un movimiento eclesial, “que es mejor que el otro”, etc. y remarcó que “el cristianismo no es esto, el cristianismo es pertenecer a un pueblo, a un pueblo elegido por Dios, gratuitamente. Si nosotros no tenemos esta conciencia de pertenecer a un pueblo, seremos cristianos ideológicos, con una doctrina pequeñita, de afirmaciones de verdad, con una ética, con una moral, está bien, o con una elite, si nos sentimos parte de un pueblo… los otros ‘irán al infierno’, o si se salvan, ‘es por la misericordia de Dios’, pero son los descartados, y así…”.
“Si nosotros no tenemos una conciencia de pertenecer a un pueblo, nosotros no somos verdaderos cristianos. Por eso Jesús explica desde el inicio, desde la historia… En cambio, muchas veces caemos en estas ‘parcialidades’, sean dogmáticas, morales o de elite. El sentido de la elite nos hace tanto mal, perdemos aquel sentido de pertenencia al santo pueblo fiel de Dios, que Dios ha elegido en Abraham, y ha prometido… la gran promesa, Jesús, y lo ha hecho ir con esperanza, y ha hecho alianza con Él.
Conciencia de puebloEn este sentido, el Santo Padre reconoció que le impactaba un pasaje del libro del Deuteronomio en el que está escrito que “cuando una vez al año tú irás a presentar las ofrendas al Señor, y cuando tu hijo te preguntará: ¿papá por qué haces esto? No debes decir porque Dios dio un mandamiento, sino más bien, contar la historia como ha hecho Pablo aquí” y animó a “transmitir la historia de nuestra salvación”.
De este modo, el Pontífice destacó que “el Señor en el mismo Deuteronomio aconseja: ‘cuando tú llegarás a la tierra, que tú no has conquistado, la conquisté yo; y comerás los frutos que tú no has sembrado; y vivirás en la casa que tú no has construido, al momento de dar la ofrenda recita el famoso credo del Deuteronomio (…). Canta la historia, la memoria del pueblo, la memoria de un pueblo, de ser pueblo”.
“En esta historia han estado tantos santos, pecadores, tanta gente común, buenas, con las virtudes y pecados, todos, la famosa multitud que seguía a Jesús”, dijo el Papa Francisco quien resaltó, nuevamente, la importancia de “pertenecer un pueblo, tener la memoria de Dios”.
Por ello, el Santo Padre pidió recordar a “quienes nos han precedido en este camino de salvación, si alguno me preguntara: ¿Cuál sería para usted la desviación más peligrosa de los cristianos? Yo diría, sin dudar, la falta de memoria del pertenecer a un pueblo, cuando falta esto, vienen los dogmatismos, los moralismos… falta el pueblo, un pueblo pecador, siempre, todos somos, pero que no se equivoca, que sabe ser pueblo elegido, que camina hacia una promesa, que ha hecho una alianza, que quizá no cumple, pero sabe, pedir al Señor esta conciencia de pueblo que la Virgen ha cantado tan bonito en su Magnificat, que Zacarías ha cantado en su Benedictus, cantos que rezamos todos los días, por la mañana y por la noche”.
“Conciencia de pueblo. Nosotros somos santo pueblo fiel de Dios, que como dice el Concilio Vaticano I y luego el II, en su totalidad, en el olfato de la fe es infalible en este modo de creer”, concluyó el Papa.
Lecturas comentadas por el Papa Francisco:Hechos 13:13-25
13 Pablo y sus compañeros se hicieron a la mar en Pafos y llegaron a Perge de Panfilia. Pero Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén, 14 mientras que ellos, partiendo de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia. El sábado entraron en la sinagoga y tomaron asiento. 15Después de la lectura de la Ley y los Profetas, los jefes de la sinagoga les mandaron a decir: «Hermanos, si tenéis alguna palabra de exhortación para el pueblo, hablad.» 16 Pablo se levantó, hizo señal con la mano y dijo: «Israelitas y cuantos teméis a Dios, escuchad: 17 El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros padres, engrandeció al pueblo durante su destierro en la tierra de Egipto y los sacó con su brazo extendido. 18Y durante unos cuarenta años los rodeó de cuidados en el desierto; 19 después, habiendo exterminado siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su tierra, 20 por unos 450 años. Después de esto les dio jueces hasta el profeta Samuel. 21Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, durante cuarenta años. 22Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente dio este testimonio: He encontrado a David, el hijo de Jesé, un hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. 23De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado para Israel un Salvador, Jesús. 24 Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de conversión a todo el pueblo de Israel. 25Al final de su carrera, Juan decía: "Yo no soy el que vosotros os pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de desatar las sandalias de los pies."
Juan 13,16-20
16 «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. 17 «Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. 18No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: El que come mi pan ha alzado contra mí su talón. 19 «Os lo digo desde ahora, antes de que suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. 20En verdad, en verdad os digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a Aquel que me ha enviado.»
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