, 11 May. 20 (ACI Prensa).- El prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Beniamino Stella, envió una carta a todos los sacerdotes de España con motivo de la festividad de San Juan de Ávila, patrón del clero español y cuya fiesta se celebra el 10 de mayo.
El Cardenal Stella explicó que la carta pretende ser “un mensaje de reconocimiento y de ánimo a los sacerdotes y diáconos de esa querida nación, que tanto ha sufrido los efectos del COVID-19”.
Según precisa, el Cardenal ha sabido que más de 50 sacerdotes han perdido la vida por el coronavirus, algunos afectados por enfermedades precedentes, y otros “porque a pesar de poner los medio disponibles han sido contagiados cuando estaban dedicados a la atención espiritual de enfermos y al servicio a personas necesitadas”.
En su carta también destaca “el sacrificio de estos sacerdotes y de tantas otras personas, que han arriesgado y perdido su vida, por llevar salud, alimentos, consuelo, esperanza… nos recuerda que Dios no ha dado la vida para compartirla, para entregarla generosamente”.
“El testimonio de estos sacerdotes es un buen antídoto contra la tentación de utilizar egoístamente el ministerio sacerdotal, para alcanzar bienes materiales, prestigio, intereses particulares, prebendas…”, apunta.
Testimonios que “anuncian silenciosamente que Dios no se deja ganar en generosidad: nos llama por amor, nos da el ciento por uno en esta tierra –aunque padezcamos- y en la edad futura, la vida eterna”.
Además el Cardenal Stella destacó que este tiempo de confinamiento, “la caridad pastoral de los sacerdotes españoles se ha manifestado especialmente creativa con el objetivo de que el pueblo de Dios, y también aquellos que no se consideran miembros de la Iglesia, pudieran sentir la cercanía de Dio y la solidaridad de la comunidad cristiana”.
El prefecto de la Congregación para el Clero agradeció todas la iniciativas “que se han puesto en marcha en esta semanas extrañas” en las que hemos podido “redescubrir algunos aspectos importantes de la vida cristiana , en general, y de la vocación sacerdotal, en particular” como son “la celebración de la fe en al familia y en pequeñas comunidades, que complementa y enriquece la celebración de la Eucaristía en la parroquias; el acompañamiento personal a los fieles, a veces a través la nuevas tecnologías, la oración pausada, en la que, con la ayuda del su Santo Espíritu, podemos vislumbrar el paso salvador de Dio por la vida de personas, familia y pueblos”.
El Cardenal Stella también valoró “la aportación de tantas personas anónimas que han trabajado, asumiendo riesgos importantes, por la salud y la supervivencia de todos los ciudadanos” y también nos ha permitido “ tomar más conciencia de la importancia de nuestra misión, ya que todo ser humano necesita, además de recursos materiales y atención médica, espacios para poner nombre a sus sentimientos, luz y fuerza para seguir amando y confiando, para enfrentarse a la incertidumbre, a la enfermedad, a la muerte de seres queridos y al fin de la propia vida”.
También invitó a todos los sacerdotes y diáconos a “mirar hacia el futuro” ya que la crisis motivada por el Covid-19, ha provocado dolor y sufrimiento pero también ha favorecido “condiciones decisivas para el desarrollo de la vida cristiana” como es “la conciencia de la fragilidad del ser humano, la caída de tantas falsas seguridades, la preguntas por el sentido de la vida, la necesidad de la solidaridad especialmente con los que sufren, el testimonio de la entrega, fe y esperanza de tantos hijos e hijas de la Iglesia”.
“En esta realidad amarga pero preñada de gracia, es una llamada a reavivar nuestro amor”, aseguró el prefecto de la Congregación para el Clero y recordó que precisamente ésa es una de la enseñanzas de San Juan de Ávila, que decía: “No esperéis horas ni lugares ni obras para recogeros a amar a Dios, mas todos los acontecimientos serán despertadores de amor”.
Por lo que el doctor de la Iglesia y patrón del clero español nos invita, según sus propias palabras “a sentir los males ajenos y llorarlos, a importunar a Dios por los prójimos a tener corazón de madre y manos largas con los desconsolados y pobres”.
Animó a invocar al Espíritu Santo, para que “pastores, laicos, religiosos y religiosas sepamos aprovechar este kairos, de modo que nuestras comunidades cristianas se renueven en la fe y sean, en la nueva realidad que nos espera, hogares con las puertas abiertas a todas las personas y hospital de campaña para los pobres de siempre y para quienes ya están sufriendo las consecuencias económicas de esta pandemia”.
El Cardenal Stella también pidió “a los sacerdotes y diáconos de España que recemos unos por otros y de modo especial por el Santo Padre Francisco, ejemplo de una vida sacerdotal entregada a su pueblo y guía luminosa para todas las personas de buena voluntad, especialmente en la hora dolorosa y apasionante que nos toca vivir”.
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