Vaticano, 10 May. 20 (ACI Prensa).- El Arzobispo italiano Carlo Maria Viganò acusó al Cardenal Robert Sarah de causarle “daños graves” en una amarga guerra de palabras sobre una controvertida carta abierta que trata de la crisis del coronavirus.
En un comunicado publicado el 8 de mayo, el Mons. Viganó criticó la decisión del Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos de distanciarse de la carta, titulada “Llamamiento para la Iglesia y el mundo” , que argumenta que la pandemia de coronavirus ha sido explotada para crear un gobierno mundial.
El comunicado detalla el relato de Mons. Viganó sobre sus interacciones con el Cardenal Sarah a partir del 4 de mayo. El primero afirma que en la noche del 7 de mayo, el cardenal africano le pidió que lo eliminara de la lista de firmantes a la carta, que para entonces ya había sido publicada.
“Con sorpresa y profundo arrepentimiento”, escribió, “supe que Su Eminencia había usado su cuenta de Twitter, sin avisarme, para hacer declaraciones que causen un daño grave a la verdad y a mi persona”.
Mons. Viganò se refería a tres tuits del 7 de mayo en los que el Cardenal Sarah decía: “Un cardenal prefecto de la Curia Romana tiene que observar una cierta reserva en temas políticos, entonces he pedido explícitamente esta mañana a los autores de la petición titulada ‘para la Iglesia y el mundo’ que no me mencionen”.
“Comparto de manera personal algunos asuntos o preocupaciones respecto a las restricciones de las libertades fundamentales, pero no he firmado la petición”, agregó el Purpurado.
La declaración de Mons. Viganò continúa así: “Lamento mucho que este asunto, que se debe a la debilidad humana, y por el cual no guardo ningún resentimiento hacia la persona que lo causó, ha distraído nuestra atención de lo que debe preocuparnos seriamente en este dramático momento”.
Después de que Mons. Viganò emitió su reprimenda, el Cardenal Sarah tuiteó el 8 de mayo: “No voy a hablar sobre esta petición, que hoy parece ocupar a mucha gente. Dejo a su conciencia a aquellos que quieran explotarlo de una forma u otra. Decidí no firmar este texto. Acepto completamente mi elección”.
En su declaración, Mons. Viganò dijo que había elegido dar a conocer sus conversaciones privadas con el Cardenal Sarah porque tenía el deber de decir la verdad y “también en aras de la corrección fraterna”.
El arzobispo italiano dijo que el Cardenal Sarah le dijo inicialmente: “Sí, estoy de acuerdo en poner mi nombre, porque esta es una lucha en la que debemos participar juntos, no solo por la Iglesia Católica sino por toda la humanidad”.
También confirmó que la firma del Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ahora se ha eliminado de la carta abierta.
Mons Viganó saltó a la luz pública en agosto de 2018 con una carta abierta en la que señalaba que oficiales del Vaticano ignoraron las advertencias respecto a los abusos sexuales del excardenal Theodore McCarrick. Desde entonces, el exnuncio ha publicado numerosas cartas donde expresa su punto de vista sobre asuntos de la Iglesia, que incluyen la crítica al Papa Francisco y a otros miembros de la Curia Vaticana.
La carta que generó polémica pide en uno de sus apartados lo siguiente: “No permitamos que con la excusa de un virus se borren siglos de civilización cristiana para instaurar una odiosa tiranía tecnológica en que personas sin nombre y sin rostro decidan la suerte del mundo confinándonos a una realidad virtual”.
“Tenemos razones para creer, sobre la base de datos oficiales sobre la incidencia de la epidemia en relación con el número de muertes, que hay poderes interesados en crear pánico entre la población mundial con el único objetivo de imponer permanentemente inaceptables formas de restricción de las libertades, de controlar a las personas y de seguir sus movimientos. La imposición de estas medidas iliberales es un preludio inquietante para la realización de un gobierno mundial más allá de todo control”, continúa.
Entre los firmantes de la carta, además del Cardenal Sarah, que ahora indica que no la suscribió, están el Cardenal Gerhard Müller, prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, Obispo Emérito de Hong Kong, y el Cardenal Janis Pujats, Arzobispo Emérito de Riga (Letonia).
La carta también incluye a dos obispos de Estados Unidos: Mons. Rene Gracida, Obispo Emérito de Corpus Christi, y Mons. Joseph Strickland, Obispo de Tyler en Texas. Sin embargo, Mons. Stickland indicó a CNA en un correo electrónico que él “sí firmó esta carta”.
Otros firmantes son el Obispo Auxiliar de Astana (Kazakhstan), Mons. Athanasius Schneider, y el P. Curzio Nitoglia, sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (lefebvristas), un grupo que no está en plena comunión con la Iglesia. Este sacerdote es autor de un artículo titulado “El Magisterio del Vaticano II”, publicado en 1994, en el que se afirma que “la Iglesia del Vaticano II por lo tanto no es la Iglesia Católica Apostólica y Romana instituida por nuestro Señor Jesucristo”.
Hasta la fecha, casi 4 millones de personas que han dado positivo de coronavirus, y al menos 272.000 han muerto.
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