Bogotá, 03 Abr. 19 (ACI Prensa).- Padres de familia del Colegio Claretiano de Bogotá (Colombia) denunciaron que sus hijos están siendo adoctrinados en ideología de género, a pesar de que ésta se opone a los principios católicos por los cuales eligieron este centro educativo.
La ideología de género o el enfoque de género es una corriente que considera que el sexo no es una realidad biológica sino una construcción sociocultural. Actualmente varios gobiernos intentan imponerla a través de la educación de niños y jóvenes.
Una de las madres, que pidió el anonimato por temor a represalias, dijo a ACI Prensa que por medio del Manual de Convivencia escolar, publicado por el colegio, se le imparte a los alumnos enseñanzas basadas en conceptos como “sexualidad recreativa”, “orientación sexual”, “identidad de género”, “diversidad sexual”, “deberes sexuales y reproductivos” (término que incluye el aborto), así como “elegir libremente el compañero sexual”.
ACI Prensa tuvo acceso al manual y corroboró el uso de esta terminología en varios puntos de los incisos número 5 y 6, los que se pueden leer AQUÍ.
La madre de familia matriculó a su hijo en el colegio Claretiano hace dos años, pero empezó a notar este tipo de enseñanza y hoy se plantea la posibilidad de retirar a su hijo de este centro. El día 26 de marzo se reunió con el rector de la escuela, el P. Avelino Suarez Barrera.
El P. Suárez “me halló razón en muchos aspectos del Manual de Convivencia. Tristemente me respondió que él no puede hacer nada al respecto porque es una orden del Ministerio de Educación, una política pública y donde él lo omita lo pueden ir sancionando”, relató.
La madre de familia contó que en aquella reunión la psicóloga del colegio, Rocío Cuadros, le dijo que este “inconveniente” lo tendría en cualquier colegio “porque es una ley” que se tiene que “obedecer”.
“Salí indignada y la única medida que opté para proteger a mi hijo fue decirle que no cuenten con él para charlas, dinámicas o cualquier tipo de adoctrinamiento. Ahora el colegio les dará clases de ‘sexualidad recreativa’, enseñando a los niños que puedan escoger su pareja sexual, tal cual está escrito en el Manual de Convivencia”, afirmó.
En ese sentido, expresó a ACI Prensa su descontento porque a los niños “se les quita la inocencia desde edad temprana”.
“Nos preocupa que se les distorsione la imagen de la sexualidad, que sea presentada como algo netamente relacionada al placer, sin la finalidad que es formar una familia en un acto de amor. Que sea simplemente satisfacción hedonista, distorsionando la finalidad de la unión conyugal”, lamentó.
La madre de familia denunció que se han presentado casos de alumnos que van maquillados. “El año pasado les dijeron que la masturbación era buena, que los médicos la recomendaban y que era aconsejable. Con mi hijo yo hablé del tema, pero desde los principios del Evangelio”, señaló.
La señora dijo que la escuela es poco coherente porque “uno ingresa a su hijo en un colegio católico” buscando que se complemente la formación dada en el hogar “y resulta que en vez de formarlos se les está deformando”.
Además lamentó que por oponerse a la ideología de género se le acuse de “homofóbica” y “que está discriminando”. “Eso no es así, uno respeta, pero no estamos de acuerdo con que se les diga a los niños que eso está bien hecho, porque se están metiendo en nuestros hogares y en la formación de cada familia, tocando lo más sagrado que son nuestros hijos”.
Por su parte, otra madre que también pidió el anonimato dijo estar “muy preocupada” por la promoción que hace el Manual de Convivencia de “los derechos sexuales”.
La respuesta de un profesor “me dejó más preocupada, que como docentes no pueden hacer nada porque hay una ley que los deja maniatados. Es decir, que los principios y valores de nuestros hijos en el hogar, no tienen ningún valor antes esta situación”, lamentó.
La respuesta del Colegio Claretiano
ACI Prensa conversó con el rector del Colegio Claretiano, el P. Avelino Suárez, quien aseguró que la institución responde “conforme a las exigencias de educación que están en ley” y que no han “inventado nada nuevo”.
“Si nosotros lo miramos desde el Evangelio claro que hay cosas que no serían coherentes, pero nos toca asumir. Si nosotros desobedecemos nos van a sancionar, porque nos van a tildar de que damos un trato de exclusión”, dijo el sacerdote.
Además, explicó que el centro ha optado por “una especie de diálogo con estas normas”, pero sin “dejar de lado el espíritu del Evangelio ni el carisma claretiano”. “Este tipo de lenguaje nos atraviesa, se nos impone y no lo podemos desconocer”, expresó.
Durante la entrevista, el P. Avelino dijo que la “principal dificultad” la tienen los padres de familia porque “se deben situar en el contexto en el que está el mundo”, el cual “ha cambiado”.
“Hay padres que no saben situarse en ese contexto y de pronto van a sentirse afectados. En todo esto de la defensa de los derechos humanos ha habido grandes avances que nosotros no podemos desconocer y las familias deben entrar a conocerlos”, dijo el sacerdote, pero no explicó a qué tipos derechos se refería.
En un comunicado enviado a ACI Prensa con fecha 29 de marzo, el rector precisa que la institución se “remite a los derechos sexuales y que se encuentran protegidos por la legislación internacional” y en otros documentos de la ONU.
Indicó que esos “derechos” fueron “retomados por el Ministerio de Educación” de Colombia en el “Programa Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía”.
Entre estos, la carta firmada por el rector menciona el “derecho a la igualdad de sexo y de género”, “expresión y libre ejercicio de la orientación sexual”, “libertad de elegir compañero(a) sexual” o el “derecho a recibir protección ante la amenaza o la violación de los derechos fundamentales, sexuales y reproductivos”.
Según la autoridad, contrario a la versión de los padres de familia, los “derechos” como “adoptar una identidad de género, definir cuál es su orientación sexual o saber cuáles
sería los deberes sexuales y reproductivos”, si bien son colocados en el Manual de Convivencia como señala la ley, esto “no define la intervención educativa con los estudiantes”.
ACI Prensa también se comunicó con el Concejal de Bogotá, Marco Fidel Ramírez, que lamentó que en Colombia se hayan “abierto las puertas” a la ideología de género.
“Lo que ha sucedido con esta señora está ocurriendo en todos los colegios del país a través de la vía de lo que llaman los Manuales de Convivencia. Están generando un proceso de imposición por litigio estratégico que representa una norma nacional desde el propio Ministerio de Educación y secretarías de educación. Es una desgracia total a la que nosotros nos estamos oponiendo con todos nuestros recursos”, aseguró.
Ramírez explicó que “este lobby ha logrado penetrar la academia, los medios, las altas cortes, el Congreso de la República y por supuesto, todos los escenarios de la sociedad”. Asimismo, dijo que los padres colombianos actualmente “no pueden confiar la educación de sus hijos a los colegios públicos o privados”, y deben “vigilar, supervisar y denunciar cuando se corrompe su mentalidad y carácter moral”.
“El peligro está a la vista. La ideología de género pretender deconstruir los principios y valores que tienen que ver con la formación de nuestros hijos. Pretende confundirlos explícitamente en el tema de su sexualidad. Pretende normalizar la sodomía, el lesbianismo, el homosexualismo. Esta ideología pretende destruir la vida con la promoción del aborto y la familia con la promoción de la diversidad sexual”, concluyó Fidel Ramírez.
Las leyes colombianas de la ideología de género
En Colombia existen leyes y normativas que han permitido la inclusión de la ideología de género en los Manuales de Convivencia de los colegios públicos y privados del país.
El 15 de marzo de 2013 el presidente Juan Manuel Santos aprobó la Ley de Convivencia Escolar o Ley 1620, que creó el “Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el Ejercicio de los Derechos Humanos, Sexuales y Reproductivos y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar”. En el 2015 fue aprobado el decreto 1965 que reglamenta esta ley.
En un comunicado el Gobierno explicó que con la Ley 1620 se crean “mecanismos de prevención, protección, detección temprana y de denuncia ante las autoridades competentes, de todas aquellas conductas que atenten contra la convivencia escolar, la ciudadanía y el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes dentro y fuera de la escuela”.
Además, precisó que los “Manuales de Convivencia deberán identificar nuevas formas y alternativas para incentivar y fortalecer el ejercicio de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de los estudiantes”.
Posteriormente, tras el suicidio del estudiante Sergio Urrego en el 2015, hecho que habría sido motivado por una supuesta discriminación de los directivos del colegio Gimnasio Castillo Campestre al que pertenecía, la Corte Constitucional emitió la sentencia T-478, que incrementó el alcance de las políticas de género en la educación pública.
Según el fallo, se le dio al Ministerio de Educación un plazo de seis meses para cumplir a cabalidad la Ley 1620 de 2013 y el Decreto 1965 de 2015.
Entre otras exigencias, se pidió implementar “al programa para el desarrollo de competencias ciudadanas, la educación para el ejercicio de los derechos humanos –en particular el derecho a la identidad sexual– e incorporado de manera expresa en los proyectos educativos institucionales de todos los colegios del país”.
Además, se dio el plazo máximo de un año para que el Ministerio de Educación haga una “revisión extensiva e integral de todos los Manuales de Convivencia” para respetar la “orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes” e incorporar “nuevas formas y alternativas” para incentivar el ejercicio de los “derechos sexuales y reproductivos”.
Finalmente, también se pidió al ministerio verificar que los comités escolares de convivencia estén constituidos en todos los establecimientos de educación preescolar, básica y media.
Un año después de la sentencia, en 2016, el Ministerio de Educación dirigido en ese entonces por Gina Parodi, de la mano con la plataforma gay Colombia Diversa, el Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA), UNICEF y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, elaboraron un manual escolar que iba a ser implementado en todos los centros escolares del país.
En esos manuales se enseñaba a los niños que “no se nace siendo mujer u hombre, sino que se aprende a serlo, de acuerdo a la sociedad y época en la que se crezca”. El documento gubernamental también disponía, entre otras cosas, que “los niños y jóvenes que así lo deseen usen faldas”.
Si bien los manuales no fueron implementados como consecuencia de las manifestaciones de más de 2 millones de colombianos el 10 de agosto del mismo año, en la actualidad sigue vigente el Programa Nacional de Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía promovido por el Ministerio de Educación, que incluye ideología de género.
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