, 30 Nov. 18 (ACI Prensa).- Este jueves 29 de noviembre fueron liberados los tres religiosos claretianos secuestrados hace una semana en la región anglófona del suroeste de Camerún cuando se dirigían por una misión de evangelización.
“Agradecemos los signos de solidaridad hacia nosotros durante el tiempo que estuvimos secuestrados. No fue una experiencia fácil la que pasamos, pero durante los momentos más difíciles rezamos a los mártires de nuestra congregación y sentimos la calidez y el amor de sus oraciones. Ahora estamos en nuestra parroquia en Douala y queremos empezar a negociar la liberación de nuestro conductor Jerry Berson”, indica el primer mensaje difundido por los misioneros y publicado en el sitio web de la Congregación de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (claretianos).
Los misioneros liberados decidieron tomarse un selfie para confirmar que se encontraban con vida y en buenas condiciones de salud.
En su mensaje explicaron que “aunque la noticia siempre habló de tres misioneros y el conductor, en realidad eran cinco, ya que el Padre Yene Anaclet, párroco de Douala que llegó para negociar su liberación, terminó siendo detenido por los secuestradores y también puesto en libertad junto con ellos”.
Los religiosos secuestrados fueron el prefecto de apostolado y director de “Publicaciones Claretianas de Camerún”, P. Jude Thaddeus Langeh Basebang; el P. Placide Muntong; el estudiante Abel Fondem Ndia, y finalmente el P. Anaclet.
En otro comunicado, la congregación de los claretianos anunció la liberación y agradeció la acción de Dios en este momento difícil.
“Agradecemos a Dios por la liberación de nuestros hermanos misioneros que fueron secuestrados el pasado 23 de noviembre. Ellos se encuentran en camino hacia Douala, Camerún. El conductor aún permanece secuestrado. Agradecemos todos los mensajes de solidaridad recibidos, la comunión y también las oraciones. ¡Qué Dios nos bendiga a todos!”, indica el mensaje.
Los religiosos claretianos fueron secuestrados el 24 de noviembre mientras se dirigían hacia Munyenge, pueblo afectado por la guerra civil, para proporcionar ayuda humanitaria.
Una semana antes del secuestro un misionero keniano Kosmas Omboto Ondari, de 33 años, fue asesinado en Kembong, una aldea en la región anglófona del suroeste de Camerún.
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