En un comunicado, la Santa Sede explica que “con este gesto, el Pontífice, pensando en la Sagrada Familia en búsqueda de un alojamiento en Belén y después prófuga en Egipto, desea estar cerca de las 2.500 personas desplazadas de sus casas a causa del terremoto del 21 de agosto”.
El Limosnero acudió en nombre de Francisco para llevar su consuelo y su saludo, pero “sobre todo para ayudar de modo concreto a la población local, en colaboración con el obispo diocesano”.
Casi un año después del terremoto de 6,5 en la escala de Richter que el 24 de agosto de 2016 pasado arrasó con el centro de Italia, el país volvió a sufrir una tragedia, pero esta vez el sur: un sismo 3,6 Richter afectó la turística isla de Ischia y provocó la muerte de dos personas.
El sismo provocó sobre todo daños materiales, quedando casa derrumbadas y grandes desperfectos en hoteles.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 17 de diciembre de 2017
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